Tener en cuenta la época del año y el clima de nuestro destino. Si nuestro viaje es a un entorno caluroso o en verano, la ropa será más ligera, pequeña y fácil de empaquetar. Si por el contrario vamos a un entorno frío la ropa será más pesada, abultará más y tendremos que priorizar las prendas que queramos llevar.

 

Hacer una lista con las prendas que quieras llevar. Organiza cuántas prendas necesitas para evitar todos los por si acasos que puedas.

 

Aprovechar los zapatos al máximo. Lo más recomendable, dependiendo de la duración del viaje, sería llevar un par de zapatos puestos para ahorrar espacio en el equipaje. Sin embargo, si consideráis necesario llevar más de un par, siempre podéis aprovechar el interior para meter ropa interior o calcetines envueltos en una bolsa de plástico. Lo más recomendable sería llevar unas zapatillas puestas y unas chanclas, ya que con ellas puedes estar por casa, salir de la ducha, ir a la piscina o a la playa o incluso pasear por la calle y apenas ocupan espacio.​

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Llevar capas de ropa puesta. Si el espacio en la maleta es reducido, intenta llevar muchas capas cuando vayas al aeropuerto (y cuando vuelvas). Puedes aprovechar y ponerte una sudadera fina y un jersey, unas mallas finas debajo del pantalón, varias chaquetas, gorro, etc. Este truco te permitirá llevar las prendas más grandes que necesites llevar sin ocupar espacio del equipaje.

 

Enrollar la ropa. De esta forma puedes ahorrar mucho espacio, al darle forma cilíndrica nos entrará mucha más ropa en la maleta. Aquí os dejo un ejemplo de cómo enrollar un pantalón para que ocupe mucho menos espacio, del canal de YouTube Hazlo easy.